DIOS JUZGARÁ LOS SECRETOS DE LOS HOMBRES
Por Charles Spurgeon En el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio. Romanos 2: 16 Esto sucederá a todos los hombres, de toda nación, de toda edad, de todo rango, y de todo carácter. Por supuesto que el Juez juzgará sus actos externos, pero podría decirse que estos actos iban delante de ellos al juicio: sus actos secretos son especialmente mencionados porque estos harán que el juicio sea más escudriñador. Por «los secretos de los hombres» la Escritura quiere decir aquellos crímenes secretos que se ocultan por su propia infamia, que son demasiado viles para ser comentados, que causan un escalofrío que recorre a toda una nación si fuesen arrastrados, como deberían serlo, a la luz. La secretas ofensas serán llevadas a juicio; los hechos de la noche y del aposento cerrado; los actos que requieren que se ponga el dedo sobre los labios, y que sea jurada una conspiración de silencio; los pecados repugnantes y desvergonzados que no deben ser mencionados nunca para que el hombre que los cometió no sea vea excluido por sus semejantes como un proscrito, aborrecido incluso por otros pecadores: todos estos serán revelados. Todo lo que hubieren hecho, cada uno de ustedes, o lo que están haciendo, si llevan el nombre de cristianos pero practican algún pecado secreto, será manifiesto delante de la mirada universal. Si se sientan aquí, en medio del pueblo de Dios, y, sin embargo, allí donde nadie los ve, están viviendo en la deshonestidad, o en la infidelidad, o en la inmundicia, todo será sabido, y la vergüenza y la confusión de rostro los cubrirán eternamente. El desprecio será la herencia a la cual despertarán, cuando la hipocresía ya no sea posible. No se engañen, Dios no puede ser burlado; Él llevará a juicio los secretos de los hombres. Nuestro texto se refiere especialmente a los motivos ocultos de cada acción; pues un hombre podría hacer lo que es correcto por un motivo equivocado, y así, el acto podría ser malo a los ojos de Dios, aunque parezca recto a los ojos de los hombres. ¡Oh, consideren lo que será que sus motivos sean…
RÍOS DE AGUA VIVA
Por F. B. Meyer «Si alguno tiene sed venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, ríos de agua viva correrán de su vientre. Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en El» (Juan 7:37-39). ¡Qué música hay en estas palabras! Somos llevados a las riberas de un gran río, en cuyo cauce sus aguas siempre se apresuran hacia la mar. Hace poco ruido. El gran volumen de agua pasa majetuosa y silenciosamente, rizánose una y otra vez en pequeñas olas musicales sus anchas y pacíficas aguas. Procediendo de sierras de montañas donde la nieve, derritiéndose, aumenta sus manatiales; acrecentado con mil riachuelos que saltan desde arriba de los riscos en un velo de neblina; purificado por estar rasgado y peinado al precipitarse sobre muchas cataratas – aquel río es el emblema perpetuo de la feracidad, frescura, abundancia, y suficiencia. Sin embargo, esto no es todo. El Señor no se contenta con hablar de un río. Habla de ríos. Así como si nos mandara agregar el Misuri al Misisipí y a éstos el Amazonas, y a éstos el Orinoco, y a éstos el Ganges, y el Danubio. Añadiendo un río a otro río, una corriente a otra corriente; un torrente a otro torrente; y todo, con el objeto de manifestar la frescura y la abundancia de la vida qu correría de cada alma sedienta, que, habiendo venido a El, la Roca, a su vez llegaría a ser una roca; y habiendo recibido de su abundancia la pasaría a un mundo enfermo de sequedad. Lector mío, ¿sabes algo de esto? ¿Es comparable tu vida a un río, o a muchos ríos de influencia santa? En primer lugar, ¿sabes tú lo que es estar satisfecho? Y en segundo lugar, ¿sabes lo que es comunicar a otros lo que estás recibiendo del Señor resucitado? Si no es así, ¿no estás dejando de usar tus privilegios, y no sería acertado hacer lo que hizo, el que esto escribe, en una ocasión memorable – poner el dedo sobre estas palabras, y demandar que, en toda su altura y profundidad, y anchura y longura de…
NECESITAMOS UN AVIVAMIENTO
Por William MacDonald Un estado de decaimiento es a menudo como un cáncer; no sabemos que lo tenemos. Podemos irnos haciendo gradualmente tan fríos espiritualmente que no nos damos cuenta cuán carnales hemos llegado a ser en realidad. Algunas veces se necesita una tragedia, una crisis o la voz de algún profeta de Dios para despertarnos de nuestra necesidad desesperada. Sólo entonces podemos reclamar la promesa de Dios: “Derramaré aguas sobre el sequedal y ríos sobre la tierra árida” (Isa 44:3). Necesito un avivamiento cuando he perdido mi ánimo entusiasta por la Palabra de Dios, cuando mi vida de oración ha caído en una insulsa rutina (o ha caído por completo), cuando he dejado mi primer amor. Necesito un toque avivador de Dios cuando tengo más interés en lo que vierten en la tele que en la reunión de la asamblea local, cuando llego a tiempo al trabajo pero tarde a las reuniones, cuando no falto en mi trabajo pero mi asistencia es espasmódica en la asamblea. Necesito ser avivado cuando estoy dispuesto a hacer por el dinero lo que no haga por el Salvador, cuando gasto más dinero para satisfacerme que en la obra del Señor. Necesitamos avivamiento cuando guardamos rencores, resentimientos y amargos sentimientos. Cuando somos culpables de chismorrear y maldecir y recibimos palabras chismosas como si fuesen caramelos. Cuando no estamos dispuestos a confesar nuestros errores o a perdonar a otros cuando nos confiesan sus faltas. Necesitamos ser avivados cuando peleamos como perros y gatos en casa, y luego aparecemos en la asamblea con una “cara de reunión” como si fuéramos dulzura y luz. Necesitamos ser avivados cuando nos hemos conformado al mundo en nuestro hablar, nuestro caminar y todo nuestro estilo de vida. ¡Qué grande es nuestra necesidad cuando somos culpables de los pecados de Sodoma, soberbia, saciedad de pan y abundancia de ociosidad! (Eze 16:49). Tan pronto como nos damos cuenta de nuestra frialdad y esterilidad, podemos reclamar la promesa de 2Cro 7:14, “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtiesen de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados,…
PROFECÍA DE SMITH WIGGLESWORTH EN 1947
Durante las próximas décadas habrá dos movimientos distintos del Espíritu Santo a través de los fieles. El primer mover afectará todas las iglesias que estuvieran abiertas para recibir y será caracterizado por la restauración del bautismo y de dones del Espíritu Santo. El segundo mover del Espíritu Santo resultará en personas dejando iglesias históricas y plantando nuevas iglesias que se diferencian de lo natural. En la duración de cada mover, las personas que estuvieran envueltas dirán: «Este es el grande avivamiento». Pero el Señor dice: «No, ninguno de estos es el grande avivamiento, pero ambos son pasos para eso». Cuando la fase de la nueva iglesia, con movimientos, esté terminando, habrá sido evidenciado en las iglesias algo que nunca fue visto antes, una unión entre aquellos con énfasis en la Palabra y aquellos con énfasis en el Espíritu. Cuando la Palabra y el Espíritu vengan juntos, habrá el mayor mover del Espíritu Santo que las naciones y el mundo jamás vieron. Esto marcará el comienzo de un Grande Avivamiento que ofuscará cualquier cosa que ha sido testificado hasta entonces, aún el avivamiento comentado de los años pasados. El derramar del Espíritu de Dios fluirá en los cuatro puntos de la Tierra, y entonces podrá decirse que es el Fin. Extraído del Periódico Urro del León: http://www.urrodoleao.con.br/ traducido por Wiarly Muñoz Giampaoli
ANTES DEL QUEBRANTAMIENTO
Por Charles Spurgeon “Antes de la destrucción el corazón del hombre es altivo, pero a la gloria precede la humildad”. Proverbios 18:12 LBLA. Se suele decir que “los acontecimientos futuros proyectan sus sombras delante de ellos”. El sabio nos enseña aquí que un corazón soberbio es presagio profético del mal. La soberbia es signo tan seguro de destrucción, como el cambio del mercurio en el barómetro lo es de la lluvia; aunque el primer signo es más infalible que el segundo. Cuando los hombres se muestran soberbios siempre los alcanza la destrucción. Dejemos que el dolorido corazón de David muestre que hay un eclipse en la gloria del hombre cuando este piensa en su propia grandeza. 2 Samuel 24:10. Mira a Nabucodonosor, el poderoso edificador de Babilonia arrastrándose sobre la tierra, “comía hierba como el ganado y su cuerpo se empapó con el rocío del cielo hasta que sus cabellos crecieron como las plumas de las águilas y sus uñas como las de las aves.”. Daniel 4:33. LBLA. La soberbia hizo del fanfarrón una bestia, como en una ocasión anterior hizo de un ángel un demonio. Dios odia a los altivos y nunca deja de humillarlos. Todas las flechas de Dios apuntan hacia los corazones soberbios. ¡Oh!, cristiano, ¿se muestra soberbio tu corazón? Averígualo, porque la altivez puede entrar en el corazón del cristiano como entra en el pecador, y puede engañarlo con la ilusión de que es “rico, y está muy enriquecido y no tiene necesidad de ninguna cosa”. ¿Te estás gloriando en tus dones y talentos? ¿Estás orgulloso de ti mismo porque has tenido notables éxitos y gratas experiencias? Te advierto, lector, que también sobre ti viene el quebrantamiento. Las vistosas adormideras de tu arrogancia serán extirpadas de raíz; tus efímeras gracias se marchitarán con el ardiente calor y tu suficiencia propia llegará a ser como basura para el muladar. Si nos olvidamos de vivir al pie de la cruz en profunda humildad de espíritu, Dios no se olvidará de hacernos sufrir bajo su vara. Quebrantamiento vendrá sobre ti, ¡oh!, indebidamente exaltado creyente: el quebrantamiento de tus goces y comodidades, aunque tu alma no sea quebrantada. Por lo tanto, “el que…
EL DIOS QUE RESPONDE
Por Wiarly Muñoz G. Se cierra el Génesis, muere Jacob y es enterrado por sus hijos, los hermanos de José tienen miedo del trato de José para con ellos, por todo lo que ellos le hicieron, pero José les dice que no teman. Luego, pasan los años y muere José a los 110 años. Se cumple un ciclo en la historia. Quedaron solo 70 almas las que estaban en Egipto en ese momento. Dice la Biblia que fueron poderosos y fuertes, Éxodo 1:7 Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. Aparece en la historia otro rey que no había conocido a José, no sabía nada de él, de las espigas, de las vacas, de los sueños. A este rey no le gustó nada toda esta gente, y los vio como amenaza. Les amargaron la vida con dura servidumbre, empezando su gobierno, pusieron tributo y pesadas cargas sobre ellos. Esclavizó a los israelitas con dura servidumbre- eran amos despiadados Ordenó a las parteras que mataran a todos los niños varones Mandó echar al río a todos los hijos varones Esta fue una gran aflicción, una gran opresión, una de las aflicciones más grandes en el curso de la historia de Israel Durante este tiempo, no hay registro de profeta, ni de palabra del Señor para ellos, Moisés recién había nacido en este periodo y está siendo salvado y preservado del río. Lo único que había en ese tiempo era la TRADICION ORAL, que los padres transmitían a sus hijos, contándoles lo que había sucedido en la antigüedad, tal vez le contaron de José, pero para ellos estos acontecimientos parecían muy lejanos. Ellos están aprendiendo a depender de un Dios con el cual no han tenido contacto, solo lo que les han contado, un Dios que conocen de lejos, tarde o temprano tendremos que aprender nuestras propias vivencias y aprender del Dios que nos hablan todos los días y experimentarlo en vivo, en persona, cada uno de nosotros tiene que experimentar su propia dependencia de Dios. …LOS HIJOS DE ISRAEL GEMÍAN A CAUSA DE LA SERVIDUMBRE ÉXO 2:23…
CULTO FAMILIAR
Por A.W. Pink (1886-1952) “Derrama furor sobre las naciones que no te conocen, y sobre los linajes que no invocan tu nombre” Jeremías 10:25, LBLA. Qué tremendamente serio es saber que las familias que no oran son consideradas aquí iguales a los paganos que no conocen al Señor. ¿Esto nos sorprende? Pues, hay muchas familias paganas que se juntan para adorar a sus dioses falsos. ¿Y no es esto causa de vergüenza para los cristianos profesos? No basta que oremos como individuos privadamente en nuestra cámara; se requiere que también honremos a Dios. Dos veces cada día como mínimo, –de mañana y de noche— toda la familia debe reunirse para arrodillarse ante el Señor —padres e hijos,— para confesar sus pecados, para agradecer las misericordias de Dios, para buscar su ayuda y su bendición. No debemos dejar que nada interfiera con este deber: todos los demás quehaceres domésticos deben supeditarse a él. La cabeza del hogar es el que debe dirigir el momento devocional, pero si está ausente, o gravemente enfermo, o es inconverso, entonces la esposa tomará su lugar. Bajo ningún concepto ha de omitirse el culto familiar. Si queremos disfrutar de las bendiciones de Dios sobre nuestra familia, entonces reúnanse sus integrantes diariamente para alabar y orar al Señor. “Honraré a los que me honren” es su promesa. Un antiguo escritor bien dijo: “Una familia sin oración es como una casa sin techo, abierta y expuesta a todas las tormentas del Cielo.” Todas nuestras comodidades domésticas y las misericordias temporales que tenemos proceden del amor y la bondad del Señor, y lo mejor que podemos hacer para corresponderle es reconocer con agradecimiento, juntos, su bondad para con nosotros como familia. Las excusas para no cumplir este sagrado deber son inútiles y carecen de valor. ¿De qué nos valdrá decir, cuando rindamos cuentas ante Dios por la mayordomía de nuestra familia, que no teníamos tiempo ya que trabajábamos sin parar desde la mañana hasta la noche? Cuanto más urgentes son nuestros deberes temporales, más grande es nuestra necesidad de buscar socorro espiritual. Tampoco sirve que el cristiano alegue que no es competente para realizar semejante tarea: los dones y talentos…
¿QUÉ, DESPUÉS DEL SILENCIO DE DIOS?
Por Oswald Chambers “Cuando oyó, pues, que Lázaro estaba enfermo, entonces se quedó dos días más en el lugar donde estaba” Juan11:6 LBLA ¿Te ha confiado Dios uno de sus silencios, un silencio que está lleno de significado? Los silencios de Dios son sus respuestas. ¡Solo piensa en esos días de absoluto silencio en la casa de Betania! (ver Juan 11:1-23) ¿Hay en tu vida algo comparable a esos días? ¿Puede Dios confiar en ti de esa manera, o aún estás pidiendo una respuesta visible? Dios te dará las bendiciones que pidas si no avanzas un paso más sin ellas, pero su silencio indica que te está llevando a una maravillosa comprensión de sí mismo. ¿Te estás lamentando ante Él porque no has tenido una respuesta audible? Cuando no lo puedas oír, hallarás que ha confiado en ti de la manera más íntima posible, con un silencio absoluto. No un silencio desesperado, sino grato, porque vio que podías soportar una revelación aún mayor. Si Dios te ha contestado con su silencio, alábalo, porque te está introduciendo en el gran caudal de sus propósitos. La manifestación real de su respuesta, en el tiempo, es un asunto de su soberanía. El tiempo no significa nada para Él. Es posible que por algún tiempo hayas dicho: «Le pedí a Dios un pan y me dio una piedra». No es así y hoy descubres que te dio el pan de vida (ver Juan 6:35). Un aspecto maravilloso acerca del silencio de Dios es que su quietud te contagia y adquieres una confianza plena, de modo que puedas decir: «Sé que Dios me ha oído». Su silencio es la prueba de que lo ha hecho. Mientras tengas la idea de que Dios te bendecirá en respuesta a la oración, Él lo hará, pero nunca te dará la gracia de su silencio. Si Jesucristo te está llevando a comprender que la oración tiene el propósito de glorificar a su Padre, entonces la primera señal que te dará de su intimidad es el silencio. La verdadera prueba de la vida espiritual de una persona y de su carácter no es lo que hace en los tiempos excepcionales de su…